Son hechos. Están escritos ahí, imperecederos, en la historia de la música. La lista es extensa. Jimi Hendrix había creado revolucionarios sonidos con la guitarra: muere en 1970 tras ingerir una mezcla explosiva de alcohol y narcóticos. El teclista de The Doors era, cual “flautista de Hamelín”, capaz de hipnotizar a las masas. Sin embargo, era más sencillo disolver el grupo cargándose al alma y carisma: Jim Morrison es encontrado muerto en 1971. La revolución en la percusión vino con “Bonzo” Bonham, batería de Led Zeppelin, que murió por intoxicación etílica en 1980: era el eslabón que mantenía en equilibrio los egos de Page y Plant. El impacto de Elvis ya había pasado, pero él también sucumbió. La lista es interminable: Kurt Cobain, John Lennon…
Beatles y Rolling
¡Ay, John Lennon, los Beatles y los Rolling! Los ángeles y los demonios. Los buenos y los malos. Los melódicos y los rockeros. El ying y el yang. Dualidad, esa fue un arma muy poderosa para el control social a través de la música. Hubiera resultado catastrófico imponer un único estilo en la música moderna, pues al final hubiera provocado hastío. Para enganchar a la gente, había que darle opciones. Con dos grandes bastaban en un principio. Luego el racimo de estilos fue ensanchándose, pero casi todos los grupos eran beatlenianos o stonianos. Sus estilos, de hecho la mezcla de ambos, propiciaron la alienación del pueblo con el estilo de vida de la sociedad de consumo. ¡Por Dios, la gente terminó emborregada por el pop y el rock!
Pero los Beatles llegaron a acaparar tanta atención que fue necesario disolverlos. ¿Sabéis quién produjo su último disco, “Let it be”? Fue Phil Spector, el más grande productor que nunca ha tenido la música popular. ¿Cómo se explica un disco tan lamentable contando con los mejores músicos y el mejor productor? Bien podría pensarse que Phil estaba manipulado para dinamitarlo todo.
La ciencia aplicada a la música
Los aportes de Phil Spector a la ingeniería del sonido marcaron época. Phil fue el primero en aplicar la ciencia a la producción musical. Maniático y perfeccionista hasta el extremo, trasladó el concepto de orquesta clásica a la música comercial, multiplicando el número y tipo de guitarras, contrabajos y vientos para producir un sonido más denso y contundente, nunca antes escuchado en los hits comerciales. No contento con ese resultado, inventó una nueva técnica de edición que denominó “muro musical”, que consistía en hacer pasar las voces e instrumentos por una cámara de reverberación, recoger de nuevo el sonido y mezclarlo con la toma original. Decía que se había inspirado en el compositor Richard Wagner, pionero en ese concepto al ser el primero en colocar a la orquesta en un foso, oculta del público, para mejorar la calidad del sonido de los instrumentos y hacer más impactante el mensaje visual de sus óperas.
¿Una mano negra detrás de todo esto?
No en todas las ocasiones se recurría a la violencia explícita. Casi siempre, con sembrar la cizaña entre los miembros del grupo era bastante para desbaratar sus planes de gloria. En los años 70, La Academia temió que las óperas rock de Pink Floyd tuvieran un efecto demoledor sobre las masas, y no pararon hasta destruir la compleja y psicodélica visión musical de los talentos de Waters y Gilmour. Más apurados se vieron con el punk de mediados de los 70. Grupos como Ramones, Sex Pistols y The Clash llamaban al anticapitalismo, al antimilitarismo y al anarquismo. Una auténtica bomba sobre la sociedad establecida. Hubo que reaccionar rápido y enseguida se movieron los hilos pertinentes para minimizar el impacto de esta verdadera revolución.
Hay otros casos singulares. El reggae, sin ir más lejos, poseía una fuerza embriagadora brutal. Los rítmicos cortes regulares del estilo jamaicano, en el cual se enfatiza el tercer tiempo de cada compás, crea un efecto hipnótico con la repetición constante de los mismos acordes, que ayudan a la relajación y a la apertura de la mente. ¿Qué hubiera sido del movimiento rastafari, una absurda ideología basada en la marihuana y las rastas, de no haberse ligado al reggae?
La música de las esferas… ocultas
Crean o no que los hechos son suficientes para pensar en teorías conspiratorias, la historia de la música está plagada de momentos oscuros. En mi novela LA MÚSICA DE LAS ESFERAS, atribuyo estas actuaciones y manipulaciones a una sociedad denominada La Academia, que hunde su origen ni más ni menos que en la hermandad filosófica-científica que creó el mismísimo Pitágoras para salvaguardar sus conocimientos. ¿Y cuál fue la más inspirada visión de Pitágoras? Sí, la música de las esferas.
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